“Cosecha” de Scott Ragland

Cosecha - Scott Ragland - Susurros Chinos

Hassan ahorra lo que gana para llevar a su esposa y a sus hijas gemelas de excursión por la Gran Carretera Oceánica. Está ansioso por ir, pero dispuesto a esperar. En el cielo no hay bombas.

***

El autobús llega a la Bahía de Apolo a la hora del almuerzo. La mayoría de los pasajeros son asiáticos que vinieron a Melbourne por negocios y programaron un día de paseo; y hay unos pocos estadounidenses con visas de vacaciones y trabajo, acompañados por sus padres que están de visita y pueden pagar el viaje.

Hassan, que todavía no domina bien el idioma, se queda en el fondo de la cocina y espera para lavar los platos y tenedores de los estadounidenses que no saben comer con palillos. El guía turístico envió los pedidos de la gente por correo electrónico con antelación. Hassan oye que el hijo del jefe lleva la comida a las mesas, los platos y vasos repican.

***

En su patio, grande como la alfombra de la sala en su casa de Zabadani, Hassan sembró zucchini y pimiento, en honor al clima de estas tierras. También melones, que le recuerdan a su hogar. Llegado el verano, sus hijas ayudarán a recoger la cosecha. Su esposa les dará bolsas de papel para que carguen y regalen a los vecinos.

***

Cuando los turistas terminan de almorzar, el jefe de Hassan les habla de la tienda que vende helado de Vegemite sobre el camino público que conduce a la playa. Luego de lavar los platos, Hassan sale y los ve regresar al autobús y guardar sus teléfonos en bolsos y bolsillos. Su jefe sale y saluda con la mano mientras el vehículo se aleja; Hassan mira a los turistas que devuelven el saludo desde las ventanillas. Al final de la jornada, antes de irse, su jefe le enseña una palabra nueva y le dice cómo usarla en una oración.

—Lluvia —repite Hassan—. La lluvia es buena para las flores.

***

Hassan no ha viajado por la Gran Carretera, pero ha visto fotos en un folleto que dejó un turista. Olas rompiendo contra los acantilados. Ovejas y vacas pastando en las laderas que dan al mar. Pingüinos emergiendo de olas iluminadas por la luna en un viaje opcional a la Isla Phillip. Árboles en una selva tropical que llega al cielo.

Zabadani no se parecía en nada a esto. Pero antes de las bombas era hermoso a su manera. Un lugar donde la gente iba a ver los huertos de ciruela y manzana, donde la familia de Hassan cultivó vegetales por más de quinientos años. A veces, mientras seca los platos con un paño, se acuerda de cuando removía la tierra con las manos, su herencia deslizándose entre los dedos.

***

Llega el autobús con asientos libres, una confusión con las reservas. El jefe de Hassan viene a la cocina y se ofrece a preguntarle al guía si Hassan y su familia podrían sumarse por el resto del viaje. 

—Gratis —le dice.

Hasan oye a los turistas que ocupan sus lugares en las mesas, al hijo del jefe que les da la bienvenida.

—Gracias —dice Hasan—, pero no.

Esperará hasta que pueda compartir una bolsa de melones en la parada del almuerzo. Describirá los campos que se extienden en el valle, donde solo sobrevuelan los gavilanes.

Traducción: Susurros Chinos

Publicado en Instantáneas de ficción. Volumen 2

***

Del original Harvest, de Scott Ragland; publicado en Cut Bank. The Literary Journal of the University of Montana, 10 de junio, 2019.

Scott Ragland tiene una Maestría en Bellas Artes en Escritura Creativa (ficción) por la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro. Antes de hacer una pausa en su escritura, varios de sus relatos fueron publicados en Writers’ Forum, Beloit Fiction Journal y The Quarterly. Más recientemente, sus textos han aparecido en apt, The Conium Review, NANO Fiction, Ambit, The Common (en línea), Fiction International, y Cherry Tree, entre otras publicaciones. Muy pronto, una de sus microficciones será publicada en minnesota review. Vive en Carrboro, N.C., con su esposa, dos perros y un gato. Sus tres hijos ya dejaron el nido.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *